miércoles, 1 de agosto de 2018

Besos de bienvenida


Por fin, y gracias al impulso de un mecenas constante y siempre sorprendente, comienzo a publicar los árboles besados en nuestro último viaje a México, hace ya más de dos años. A los pocas horas de aterrizar en CDMX, pillamos un bus para pasar unos días en Puebla, fueron pocos pero muy intensos y agradables. En nuestro 1º paseo, después de un delicioso y saludable desayuno con Meche, volvimos a caminar por el centro histórico, recorriendo el maravilloso Barrio de los Sapos y alrededores. 

 
Besé, abracé y me trepé a este laurel de la India en la Calle 6 Sur en el Barrio de los Sapos el 17 de marzo de 2016 en el centro histórico de Puebla (Puebla, México).


Este fue el primer árbol besado en ese viaje, sin saber que tiempo después lo iba a retratar a finales de 2017 para que ilustrase el mes de mayo de este año. Gracias a Virita y a Elizabeth sé que es un gran laurel de la India. 

Estos fueron los siguientes árboles besados en ese paseo mañanero pateando las infinitas y coloridas calles cercanas al Barrio de los Sapos en Puebla. Felices de volver a estar allá, con buen clima, sin ruidos vecinos, con familia que demuestra su cariño sincero, y muchos árboles y artesanías. ¿Qué más se puede pedir? Pues ojalá volver no demasiado tarde.




Fotos: A.Metztli y Marthazul


* Si quieres participar envía tus fotos besando/abrazando árboles a  besosdearbol@gmail.com

* Si quieres colaborar y convertirte en mecenas puedes hacer un donativo, o comprar algún producto desde la tienditaser parte de Teaming por solo 1€ al mes el tiempo que tú quieras/puedas.

GRACIAS por ayudarme a seguir cuidando este bosque de árboles besados por el mundo.

1 comentario:

PedroGolo dijo...

Qué hermosas fotografías! Los árboles centenarios de la Ciudad de México siguen contemplando el devenir de más de 20 millones de almas que allí vivimos (por obligación o por devoción) y todos los millones adicionales que la visitan. Una ciudad que, bajo el volcán, sigue sorprendiendo, enamorando, ocupando y preocupando. Es tranquilizador contar con ellos para que nos recuerden cómo realmente pasa el tiempo y tener una perspectiva calmada de la la velocidad en la que estamos inmersos. Gracias Marta por compartirlo!