Esta entrada no es de beso de árbol, si no del árbol herido que se está curando. Unas semanas después pasamos a la fuente y ya no lo vimos rojo-ensangrentado, porque sus heridas se van secando. Creo que nadie le ha dado ningún ungüento, pero será cosa del aire y del tiempo "que todo lo cura". Me acerqué a él, me alivió verlo con mejor aspecto, no lo besé, pero le tendí la mano... lo acaricié.
Fotos: Marta Rial
1 comentario:
Estoy segura de que el arbolito sintió el calor de tu abrazo y ¡ya está en proceso de recuperación!
Qué bello blog y que dulces besos
Un fuerte abrazo de corazón
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