Subir todos los escalones hasta llegar a la cima de la pirámide in-visible fue una pasada. Las vistas son espectaculares.
La señoriña me ofreció chapulines, le dije que no amablemente, porque de entre todo lo que tenía va y me nombra lo que más "asquito" me daba. En fin, nada mejor que tomarme después una de las ricas manzanas que me regaló la abuela Meche con unos panes que llevamos en la mochila.
Un árbol protegido, muy lindo. Pero no quise asomarme porque se veía basura abajo en el tronco, y por mucho que lo intentase no lo alcanzaría inclinándome. Dejé los besos para la parejita de la foto.
Ahora ya se veían mejor la cúpula y las torres de un color amarillo-indio.
Por fin estábamos a punto de llegar arriba, faltaba poquito. Es la iglesia de los Remedios, donde después vi a uno de los santos más originales: San Homobono, patrón de las costureras y modistos.
Desde allá arriba es desde donde mejor se ve al volcán Popocatepetl, pero la cámara lo pilló algo tímido.
Había poca gente, algunos turistas -como nosotros- y algunas gentes del lugar, como la que nos vendió los rosarios para la abuela, o la que pedía firmas para que el ayuntamiento no quitase los molestos altavoces con villancicos constantes, o la viejecita que se ve al fondo de la foto, reposando en el banco.
Como era de esperar, otro lugar especial para besar un árbol, a manera de peregrinación turístico-ecológica, y que casualmente me coincide publicar en el día de las Madres Mexicanas (se lo dedico a algunas de ellas). Fue la mañana del jueves 16 de diciembre de 2009 en el atrio del santuario de la Virgen de los Remedios de Cholula (Puebla de los Ángeles - México).
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Hojas volando :)