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martes, 15 de junio de 2010

Beso de un final anunciado

Quería ir al famoso e histórico Zócalo "tranquilamente"... y allá fuimos.

De camino el Palacio de Bellas Artes en la céntrica avenida Juárez, donde fuimos al día siguiente, con el suegro, el cuñado y el primo, y recordé la gran diferencia de la vez anterior, y primera, que estuvimos allí.
Era muy temprano, los polis a sus cosas, y la calle vacía... la misma calle que en la noche del mismo día vimos abarrotada de gentes, caminando, comprando, musiqueando, pidiendo... Al fondo el famoso Samborns de los Azulejos.

Aquí la calle Francisco I. Madero...
...que nos llevaba derechitos al Zócalo, al fondo.
Por fin llegamos a la famosa, inmensa, celebrada y multicultural plaza mayor, con su enorme y omnipresente bandera.
Eran tiempos de la ironía del amor y paz, un tanto disfrazados como las paredes de todo el país, desde los edificios públicos hasta la casa más humilde... y con bandera.
A un lado el Palacio Nacional, nada navideño, pero con bandera.
Aquí la vista de una de las torres de la Catedral Metropolitana con unas cumbres nevadas.


En cuestión de unos pasos y unas fotos, la banderota se llenó de gente alrededor haciendo cola para la pista de patinaje y demás juegos de invierno polar... otro de los muchos contrastes que nos tocó vivir. Cómo no impresionarme del gentío que había siendo tan temprano... Madres que ya no saben qué hacer con sus hijos, hijos que aprovechan todas esas cosas que tienen a su alrededor porque quizá sean gratis.


La otra vez no habíamos podido ni acercarnos al Zócalo porque estaba petadísimo de gentes, en días pre-navideños, y con alguna exposición instalada en medio. Ahora me tocó verlo casi todo convertido en una super atracción nevada... artificial, como muchas cosas que aún cargaba en los bolsillos de mis recuerdos más recientes.


Pero pisamos ese suelo tan histórico, donde se han celebrado y celebrarán multitud de eventos y expresiones del pueblo mexicano.


Y para rematar la visita oficial, turística y ¿familiar? dejamos nuestras pisadas y un árbol besado. Pude acercarme a la rama de uno que estaba frente a la catedral. Fue la temprana y agotadora mañana del miércoles 30 de diciembre de 2009 en el Zócalo de la Ciudad de México (México). Fue mi último besodeárbol del año... Fue mi último besodeárbol en tierras mexicanas, que tanto me dieron pero que no pisaré-mos en un buen tiempo. Es el broche final de un viaje que (como me dijo el único y sincero amigo que nos queda allá) pareciera el descenso en picado de un avión kamikaze ... del que afortunadamente hemos salido vivos. Retomamos aire para volver a volar, después de verle la cara a tanta falsedad, y a pesar de todo seguir juntos.. besando árboles y fotografiándonos. Gracias.

Fotos: Marthazul y Augusto Metztli
* Aquí les dejo información oficial del histórico lugar: el Zócalo.



* Y un enlace de la canción de otro artista español envuelto en el manto colorido y aromático de un gran país como México:
Virgen de Guadalupe de Shuarma


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