Desde la Casa Azul

Volver a casa de Frida siempre es lindo y conmovedor, pero esta vez no fue tan tranquila la visita como la 1ª vez, 9 años antes, donde solo éramos un puñado de turistas que observábamos lentamente. Fuimos invitados por nuestros anfitriones con entradas ya reservadas, pero me impactó ver una hilera inmensa de gente esperando cuando entramos, y prácticamente la misma imagen cuando nos íbamos de Coyoacán y ya casi cerraban el museo. 

En el proyecto de fotografía femenina EyesEveryWhere publiqué varias fotos muy inspiradoras (pagando pase extra para poder fotografiar) como la de sus brochas y pinceles colgados en su caballete, la de los cucharones en su hermosa cocina, la del letrero del baño de mujeres o la de los corsés y pierna ortopédica que formaban parte de la exposición "Las apariencias engañan", motivo central de esta visita, para la que también hubo que esperar porque éramos demasiados friduchxs, pero me quedo con una foto tan tierna como ésta, que creo a Frida le hubiera gustado entre tanto gentío.

Entre la 2ª visita a la casa-estudio y la visita a la expo, me perdí unos minutos en el jardín, dejé una pinza del proyecto Nemaktia_México, y di un par de besosdearbol. Ahora publico éste porque el otro es más pictórico, espinoso y aterciopelado...

Besé este árbol del jardín de la Casa Azul, que es el Museo Frida Kahlo, el domingo 20 de marzo de 2016 en Coyoacán (Ciudad de México; México).

Fotos: A.Metztli

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