Besos revolucionarios

Desde hace muchos años disfruto mucho los días antisantos. Por eso recuerdo muy bien que el viernes santo de 2016 quedamos para ir a comer a casa de mi amiga Elizabeth Ross. La Ciudad de México estaba "medio vacía" y eso era muy disfrutable también. Fuimos en metrobus (ese transporte peligroso para los fresas) desde donde estábamos hospedados, las máquinas de billetes no funcionaban y varios pasajeros fueron muy amables con nosotros para poder acceder. Llegamos antes de la hora en la que habíamos quedado. Callejeamos un poco y entre tanto, nos acercamos a un emblemático lugar, donde recuerdo ver a pequeñxs y grandes mojándose felices en la fuente que brota del suelo, donde SÍ hay mucho espacio para ello (no como justo ahora pretender hacer en un parque de mi pueblo). 

Recuerdos, momentos y sabores agradables con aroma de guayabas en la cocina de Elizabeth, comida vegetariana y mexicanísima con su mamá, y un beso a un árbol de la Plaza de la República junto al Monumento a la Revolución el 25 de marzo de 2016 en CDMX (México). Para mí sí es el último beso en esa gran ciudad. Gracias E por enseñarme tantas maneras de ser revolucionarias ;) 

Fotos: Augusto Metztli.

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