Entre magnolios y mimosas 4 años después

Fue una mañana soleada de febrero que, después de un forzado "confinamiento anti-familiar" de varias semanas, salimos a dar un pequeño paseo. Sin planearlo, llegamos a este lugar, que tras ese re-descubrimiento, fue el elegido para llevar muchas veces a Cartulino para que saltase y brincase a su antojo sobre la hierba y nos enloqueciese más de amor conejil.

Ya pasaron muchos años de ese 1º beso al magnolio, lo elegí a pesar del florecimiento de las siempre queridas mimosas vecinas, porque desde ese punto se veía de fondo el monte Lobeira con su Cruz, y lo que llamo "la puerta restaurada y olvidada" (no encontré enlaces con información correcta, si alguien sabe su nombre oficial que me diga, gracias). Pero en 4 años hubo muchos cambios drásticos, y no hablo ni del retraso de publicaciones aquí ni de una tal pandemia con su a-normalidad: Cartulino solo puede brincar en nuestros recuerdos y se convirtió en arbolito; una empresa constructora invadió una zona lugar de manera absurda, pusieron altavoces altísimos en el centro del Bosque, y una papelera (sigo pensando que el concello de Vilagarcía tiene una extraña selección para eso de las papeleras). Pero las mimosas siguen ahí aunque intenten aniquilarlas, y los magnolios se mantienen dignamente de pie con fuerza inquebrantable, por eso, y más allá de mis trenzas, quise volver a besarlo en nuestro último paseo improvisado por allí hace unos días.

 

Besé y abracé un magnolio del Bosque de los Desamparados (Vilagarcía de Arousa) el 21 de febrero de 2017 y el 10 de julio de 2021.

 

Os invito al juego de encontrar  diferencias y parecidos: 

 

Fotos de la izquierda: 2017  *  Fotos de la derecha: 2021

 

Fotos: A.Metztli y Marthazul

* Si quieres participar envía tus fotos besando/abrazando árboles a  besosdearbol@gmail.com

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GRACIAS por ayudarme a seguir cuidando este bosque de árboles besados por el mundo.