Este fue uno de esos besos inesperados... Así como el mero hecho de pintar este cuadriño... Así como el primer beso de árbol... Así como esas buenas y decisivas ideas que surgen claramente en el momento más inesperado.
Por arte de magia, o mejor dicho, por la magia del arte, pude besar a un árbol con corazón, desde su tronco hasta sus infinitas ramas y hojas.
Besé a mi Corazonada de raíz recién pintada el viernes 9 de octubre de 2009 en mi estudio (Vilagarcía de Arousa, Pontevedra) junto a los cuadros de mis alumnas y de mi esposo.
Este arbolito voló unos 8000 km para estar expuesto en las nuevas paredes de Mio Cardio Picaduría en tierras de Jalisco. Es el segundo beso de árbol a una pintura, el primero fue a un mural justo en una calle tapatía. Pero este fue un beso a manera de bendisión antes de emprender un viaje... también decisivo (o eso me dice otra corazonada).
Fotos: Augusto Metztli
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