Pensaba que me iba a marear con el arranque de la trajinera, pero al final no, muy a gustito, tranquilo y hermoso todo el trayecto. Incluso comimos rico-rico.
Al regreso le preguntamos a Roberto cuáles eran los árboles oriundos del lugar y nos dijo que son los ahuejotes. Entonces le pedimos que si podía acercarnos la trajinera a alguno que estuviese en una orillita y así fue. Nos contó que los ahuejotes son típicos en Xochimilco, que sólo crecen hacia arriba para no entorpecer el río, y que representan al dios Quetzalcoatl. Aquí dejo una nota de La Jornada acerca de unos campesinos de Xochimilco que sanan ahuejotes.
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