Conozco virtualmente a Milagro gracias a los cuadros de mi maestro Estanga. En cuanto vio esta cadena de besos de árbol, no lo dudó y se animó a mandarme una foto porque le encantó el proyecto.
Eligió una ameixeira que en su momento estaba lindísimamente blanca, que ahora estará dando sus deliciosas ciruelas, y que debe de llevar unos buenos años en la huerta de la casa materna de su esposo. Es un árbol familiar, tanto que me remite a la huerta de mi abuela Tucha, que llevaba casi vida de ermitaña, y adoraba la fruta y sus árboles... pero sobre todo los frutos de su huerta, de la única tierra que conoció. Esta ameixeira junto a la parra tan ordenadita, me traslada al sabor de las ciruelas que tenía Tucha, y que desde allá donde me vea, estará orgullosa -a su manera- de esta idea de amor por los árboles.
"Este ábol es lindo en esta temporada primaveral por sus flores blancas, que lo hace distinto al resto, se parece a los japoneses que están en Washintong, que no recuerdo el nombre, me encanta en especial el contraste con el viñedo de fondo, característicos de esta zona gallega" Milagro.
Milagro Latre besó este árbol el 28 de marzo de 2010 en su casa de Xesteira en Castrelos (Cambados - Pontevedra).
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Hojas volando :)