Comenzaba la primavera el día que nos habían reservado las entradas para visitar por primera vez uno de los centros arqueológicos más impresionantes del mundo, y del que tantas veces había oído y visto fotos de la gente, pero no éramos conscientes... Las nubes, el jet lag y el dejarnos llevar aún nos envolvían. Me puse el sombrero que también había usado Nélida, por recomendación de la anfitriona, pero realmente no sé por qué lo hice. No más por ser obediente. Fue impresionante llegar a la famosa Teotihuacan, no solo por los infinitos cactus de sorprendentes tamaños durante el trayecto, si no por el gentío con sus rituales de equinoccio vestidos de blanco y la inmensidad del lugar, mezclados con turistas chifladores que se creían jaguares y niñas caprichosas. Ahora me da pena no haber podido subir al Sol ni siquiera acercarme a la Luna, pero cuando una no va sola pues no siempre el paseo es a su gusto. El "Allá donde fueres haz lo que vieres" ya no quiero seguir aplicándolo tan al pie de la letra.
Lo que sí pude dar fueron varios besosdeárbol como éste
Gracias. Volveré con otra onda.
Fotos: Augusto Metztli
* Si quieres participar envía tus fotos besando/abrazando árboles a besosdearbol@gmail.com
* Si quieres colaborar y convertirte en mecenas puedes hacer un donativo, o comprar algún producto desde la tiendita, o ser parte de Teaming por solo 1€ al mes el tiempo que tú quieras/puedas.
GRACIAS por ayudarme a seguir cuidando este bosque de árboles besados por el mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario