Ya publiqué la mitad de los árboles besados del intenso viaje a México en la primavera de 2016. Ya anuncié el que será el calendario de 2020 y hoy hago un salto en el tiempo para publicar este besodeárbol. Hoy es sábado de reflexión, por la 4ª jornada de elecciones generales en 4 años, siendo la última hace solo 6 meses. Más que pereza ya me dan tristeza. Harta de escuchar y ver incoherencias y mentiras. Pero iré a votar porque es mi derecho, porque hay muchxs vecinxs que quieren y no pueden, y porque tenemos que seguir luchando, aunque no me identifico con ningún partido al 100% es mi deber evitar que nos destrocen las bases de ciertos ideales y de logros democráticos.
Besé este cedro del Himalaya de la Plaza de las Cortes que está viendo pasar el tiempo y la actualidad en frente del Congreso de los Diputados y Diputadas en la Carrera de San Jerónimo en Madrid el 12 de marzo de 2019.
El octubre pasado teníamos una cita en la Embajada de México, pasamos varios días en Madrid entre banderas, árboles, gatos y un concierto muy especial al que nos invitaron. Los besos de entonces a saber cuándo los puedo publicar, pero con éste hago una excepción. Aquella vez tuve que esperar afuera, porque en la Embajada solo permiten entrar a quién pidió la cita. Tuve suerte climática e hice varias fotos. El tiempo de espera me dio para descubrir que había un plumero de limpiar el polvo escondido entre las ramas, ver cómo un grupo de adolescentes dejaban su basura en la calle para entrar corriendo de visita al Congreso (escenas que me golpean la desesperanza de "dejarles un mundo mejor"), me saturé de ver selfies con los leones, que parecieran estrellas del rock, escuché cómo un guía turístico hablaba emocionado de las náuseas de su pareja, y vi que había dos cuencos para que los perros callejeros comiesen y bebiesen.
Terminamos ese trámite y seguimos disfrutando de nuestro viaje reluciente y aterciopelado, pero en marzo tuvimos que volver de manera imprevista. Otra vez vaivenes de políticxs, excursionistas y medios de comunicación, mientras los peroles de los perros seguían allí. Ahora iba preparada para la espera afuera: lectura, cuaderno, fruta y caminata por las calles cercanas. Cuando Augusto terminó le pedí que me hiciese una foto con el árbol que queda justo delante de la entrada al Congreso, esa que solo abren el día de la Constitución o cuando se muere "alguien importante". Mientras esperaba, escribía en mi libreta, revisaba mi Guía arbórea de bolsillo y leía el poemario feminista Indómita Versa de Patricia Karina Vergana Sánchez. Leer varios de esos poemas en ese lugar produjo algo en mí. Fue como comenzar a ver de otra manera el panorama político-social. Gritos y zascas en forma de poesía delante de la pasarela de quienes dicen representarnos. Injusticia, rebeldía, des-esperanza... Basta ya. Sigo pensando que si nuestras prioridades fuesen la igualdad entre hombres y mujeres, respetando nuestras fases lunares, y el cuidado de la naturaleza, cualquier gobierno haría todo mejor.
*Dejo un resumen del poema "¿Cuándo?" porque todas nos podemos sentir identificadas:
¿Por qué las mujeres tenemos que ser sobrevivientes de todo?
Sobrevivir al tío, al primo, al vecino
que te tocaba la vulva cuando tenías cuatro años.
Sobrevivir al pedófilo que te acechaba camino al colegio.
Sobrevivir al que te violó y sigue impune,
habitando la misma calle que tú, desde siempre.
Sobrevivir al maestro de educación física que miraba tus nalgas en la secundaria.
...
¿Por qué las mujeres tenemos que ser sobrevivientes de todo?
...
Del aborto clandestino.
Del acoso laboral.
De las regalonas del patriarcado compitiendo por la aprobación de un macho.
Y no matarse por el dolor que causa algo de ello o por todo junto.
Y lograr no ser asesinada por alguno de ellos.
Y no dejar que te mate tanto peso.
¿Por qué las mujeres tenemos que ser sobrevivientes de todo?
De la violencia obstétrica que casi acaba contigo cuando pariste.
...
De la soledad a que te obliga la vida contemporánea.
De los salarios injustos y las triples jornadas de trabajo.
De los salarios desiguales y de las montañas de platos sucios
y de las montañas de ropa por lavar.
De los salarios miserables y del jefe que exige uses tacones y te pintes los labios.
Del macho desleal que usa la infidelidad como una forma más de herir.
Del macho poliamoroso que discursa bonito pero traiciona confianzas.
Del marido que vuelve borracho, del que pega, del que no pega pero insulta.
Del monstruo que te tomó por el cuello y no te dejaba respirar.
...
Y, de milagro, no ser asesinada por alguno de ellos.
Y no dejar que te mate tanto peso, que no te mate tanto.
¿Por qué las mujeres tenemos que ser sobrevivientes de todo?
Sobrevivir a las pisadas que vienen detrás de ti en las calles oscuras.
...
Sobrevivir al novio que no se detuvo cuando dijiste no, ni cuando lloraste.
Sobrevivir a otra mujer soberbia que te acosa porque no le rindes culto.
Sobrevivir a la droga vertida en tu copa el día que te sentías en confianza.
...
Sobrevivir al desempleo porque eres demasiado joven y no tienes experiencia.
...
¿Por qué las mujeres tenemos que ser sobrevivientes de todo?
Del despido laboral porque ya no eres la joven del cuerpo deseable.
Del abandono por ser pobre y no ser blanca o por ambas cosas.
...
De cambiarle los pañales al marido que volvió a casa cuando necesitó niñera.
De la amiga que traiciona, por tres pesos o por nada.
...
De la hipoteca vencida y que te rematen la casa, de quedarse sin nada.
De tener que usar andadera porque los tacones
que exigía tu jefe destrozaron tu espalda.
De no poder respirar porque los químicos del trabajo en fábrica
acabaron con tus pulmones.
De los sueños que no fueron, del tiempo que se acaba.
...
¿Por qué las mujeres tenemos que ser sobrevivientes de todo?
¿Cuándo, en qué era, a qué hora te toca estar viva?
Si llegaste leyendo hasta aquí, piensa muy bien tu voto. Y soñemos con que a lo mejor estas palabras puedan llegar al Congreso de las Diputadas y Diputados. Gracias Pabla y Karina.
Fotos: Marthazul y Augusto Metztli
* Si quieres participar envía tus fotos besando/abrazando árboles a besosdearbol@gmail.com
* Si quieres colaborar y convertirte en mecenas puedes hacer un donativo, o comprar algún retrato arbóreo pintado por Marthazul, o ser parte de Teaming por solo 1€ al mes el tiempo que tú quieras/puedas.
GRACIAS por ayudarme a seguir cuidando este bosque de árboles besados por el mundo.
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