Después de la jornada de unos besosdeárbol de primera, y agradecerle a lxs profes anfitriones, no pude irme del cole sin despedirme como debía. Por eso besé al árbol que estaba más torcido como agradecimiento extra, por todo su aguante a pesar de su inclinación (patio del colegio Arealonga; Vilagarcía; 14 de mayo de 2013).
La estampa final de que soplan aires hacia la izquierda y le salen patitas a los árboles es presagio de cambio en muchos sentidos.
Fotos: Marthazul y Augusto Metztli.
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