Casi a diario cruzábamos por el Zócalo de Puebla, siempre tan animado y arbolado. El último día quise dar nuevos besos allí (digo nuevos porque ya en 2009 había besado uno). Esta vez elegí a una escultura-árbol que la otra vez no estaba, y se une al apartado "besos pintados" y ahora estoy descubriendo el dilema que casi siempre suele causar una escultura pública de gran formato (pueden ver este enlace y este otro para sacar sus conclusiones). El otro árbol besado es un gran laurel (o eso creo, porque en ese momento distinguía menos árboles que ahora y tampoco les hacía fotos al completo), pero maravilloso por su fuerza y enraizamiento.
Besé estos árboles el 19 de marzo de 2016 en el Zócalo de Puebla (México).
Fotos: A.Metztli
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GRACIAS por ayudarme a seguir cuidando este bosque de árboles besados por el mundo.
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