miércoles, 27 de noviembre de 2019

Besos de poeta y de portero


Hago un alto en el recorrido de árboles besados en México hace tres primaveras, para contaros que el 10 de junio de 2016 recibí estas impresionantes fotos desde Senegal, de donde es originario Bilal Traoré que en esa ocasión estaba acompañado de su amigo Sergio Álvarez. Nunca imaginé que tiempo después acabaría ilustrando medio libro escrito por Bilal y por el camino, pintado a medias un retrato sorpresa para Sergio y Carla. Gracias Bilal y Sergio por estos besos de baobab.



Fotos: Bilal y Sergio.


* Si quieres participar envía tus fotos besando/abrazando árboles a  besosdearbol@gmail.com

* Si quieres colaborar y convertirte en mecenas puedes hacer un donativo, o comprar algún retrato arbóreo pintado por Marthazulser parte de Teaming por solo 1€ al mes el tiempo que tú quieras/puedas.

GRACIAS por ayudarme a seguir cuidando este bosque de árboles besados por el mundo.

sábado, 9 de noviembre de 2019

Beso político e indómito

Ya publiqué la mitad de los árboles besados del intenso viaje a México en la primavera de 2016. Ya anuncié el que será el calendario de 2020 y hoy hago un salto en el tiempo para publicar este besodeárbol. Hoy es sábado de reflexión, por la 4ª jornada de elecciones generales en 4 años, siendo la última hace solo 6 meses. Más que pereza ya me dan tristeza. Harta de escuchar y ver incoherencias y mentiras. Pero iré a votar porque es mi derecho, porque hay muchxs vecinxs que quieren y no pueden, y porque tenemos que seguir luchando, aunque no me identifico con ningún partido al 100% es mi deber evitar que nos destrocen las bases de ciertos ideales y de logros democráticos.

 

Besé este cedro del Himalaya de la Plaza de las Cortes que está viendo pasar el tiempo y la actualidad en frente del Congreso de los Diputados y Diputadas en la Carrera de San Jerónimo en Madrid el 12 de marzo de 2019.


El octubre pasado teníamos una cita en la Embajada de México, pasamos varios días en Madrid entre banderas, árboles, gatos y un concierto muy especial al que nos invitaron. Los besos de entonces a saber cuándo los puedo publicar, pero con éste hago una excepción. Aquella vez tuve que esperar afuera, porque en la Embajada solo permiten entrar a quién pidió la cita. Tuve suerte climática e hice varias fotos. El tiempo de espera me dio para descubrir que había un plumero de limpiar el polvo escondido entre las ramas, ver cómo un grupo de adolescentes dejaban su basura en la calle para entrar corriendo de visita al Congreso (escenas que me golpean la desesperanza de "dejarles un mundo mejor"), me saturé de ver selfies con los leones, que parecieran estrellas del rock, escuché cómo un guía turístico hablaba emocionado de las náuseas de su pareja, y vi que había dos cuencos para que los perros callejeros comiesen y bebiesen. 

 

Terminamos ese trámite y seguimos disfrutando de nuestro viaje reluciente y aterciopelado, pero en marzo tuvimos que volver de manera imprevista. Otra vez vaivenes de políticxs, excursionistas y medios de comunicación, mientras los peroles de los perros seguían allí. Ahora iba preparada para la espera afuera: lectura, cuaderno, fruta y caminata por las calles cercanas. Cuando Augusto terminó le pedí que me hiciese una foto con el árbol que queda justo delante de la entrada al Congreso, esa que solo abren el día de la Constitución o cuando se muere "alguien importante". Mientras esperaba, escribía en mi libreta, revisaba mi Guía arbórea de bolsillo y leía el poemario feminista Indómita Versa de Patricia Karina Vergana Sánchez. Leer varios de esos poemas en ese lugar produjo algo en mí. Fue como comenzar a ver de otra manera el panorama político-social. Gritos y zascas en forma de poesía delante de la pasarela de quienes dicen representarnos. Injusticia, rebeldía, des-esperanza... Basta ya. Sigo pensando que si nuestras prioridades fuesen la igualdad entre hombres y mujeres, respetando nuestras fases lunares, y el cuidado de la naturaleza, cualquier gobierno haría todo mejor. 



*Dejo un resumen del poema "¿Cuándo?" porque todas nos podemos sentir identificadas:

 ¿Por qué las mujeres tenemos que ser sobrevivientes de todo?
Sobrevivir al tío, al primo, al vecino
que te tocaba la vulva cuando tenías cuatro años.
Sobrevivir al pedófilo que te acechaba camino al colegio.
Sobrevivir al que te violó y sigue impune, 
habitando la misma calle que tú, desde siempre. 
Sobrevivir al maestro de educación física que miraba tus nalgas en la secundaria.
...
¿Por qué las mujeres tenemos que ser sobrevivientes de todo?
...
Del aborto clandestino.
Del acoso laboral.
De las regalonas del patriarcado compitiendo por la aprobación de un macho.
Y no matarse por el dolor que causa algo de ello o por todo junto.
Y lograr no ser asesinada por alguno de ellos.
Y no dejar que te mate tanto peso. 

 ¿Por qué las mujeres tenemos que ser sobrevivientes de todo?

De la violencia obstétrica que casi acaba contigo cuando pariste.
...
De la soledad a que te obliga la vida contemporánea.
De los salarios injustos y  las triples jornadas de trabajo.
De los salarios desiguales y de las montañas de platos sucios 
y de las montañas de ropa por lavar.
De los salarios miserables y del jefe que exige uses tacones y te pintes los labios.
Del macho desleal que usa la infidelidad como una forma más de herir.
Del macho poliamoroso que discursa bonito pero traiciona confianzas.
Del marido que vuelve borracho, del que pega, del que no pega pero insulta. 
Del monstruo que te tomó por el cuello y no te dejaba respirar.
...
Y, de milagro, no ser asesinada por alguno de ellos.
Y no dejar que te mate tanto peso, que no te mate tanto.

 ¿Por qué las mujeres tenemos que ser sobrevivientes de todo?
Sobrevivir a las pisadas que vienen detrás de ti en las calles oscuras.
...
Sobrevivir al novio que no se detuvo cuando dijiste no, ni cuando lloraste.
Sobrevivir a otra mujer soberbia que te acosa porque no le rindes culto.
Sobrevivir a la droga vertida en tu copa el día que te sentías en confianza.
...
Sobrevivir al desempleo porque eres demasiado joven y no tienes experiencia. 
...
¿Por qué las mujeres tenemos que ser sobrevivientes de todo? 
Del despido laboral porque ya no eres la joven del cuerpo deseable.
Del abandono por ser pobre y no ser blanca o por ambas cosas.
...
De cambiarle los pañales al marido que volvió a casa cuando necesitó niñera.
De la amiga que traiciona,  por tres pesos o por nada.
...
De la hipoteca vencida y que te rematen la casa, de quedarse sin nada.
De tener que usar andadera porque los tacones 
que exigía tu jefe destrozaron tu espalda.
De no poder respirar porque los químicos del trabajo en fábrica 
acabaron con tus pulmones.
De los sueños que no fueron, del tiempo que se acaba.
...
¿Por qué las mujeres tenemos que ser sobrevivientes de todo?
¿Cuándo, en qué era, a qué hora te toca estar viva?

Si llegaste leyendo hasta aquí, piensa muy bien tu voto. Y soñemos con que a lo mejor estas palabras puedan llegar al Congreso de las Diputadas y Diputados. Gracias Pabla y Karina.


Fotos: Marthazul y Augusto Metztli  


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miércoles, 6 de noviembre de 2019

Calendario 2020 Besos de Árbol

Los Calendarios 2020 de Besos de Árbol ya llegaron, por eso esta vez podré enviarlos antes que años anteriores a quienes estáis más lejos. 

En el nuevo calendario podréis ver árboles típicos de diferentes lugares del planeta como bambús y baobabs, limonero y mango, carballo y castiñeiro, nopal y palma de cera, acacia y aliso, olivo y pexegueiro.

Las ilustraciones de estos árboles (con frutos y animales incluídos) están pintadas en diferentes murales en la zona de Pediatría y Obstetricia del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela y forman parte del proyecto "Dulcificación de Espacios" que Augusto Metztli y yo realizamos con Fundación Andrea


El calendario lunar va incorporado junto a los ecofestivos de otros años y algunos nuevos que voy añadiendo, como los clásicos Día del ÁrbolDía de la Educación AmbientalDía del Agua, Día Verde Fuera del Tiempo, Día del Canto al Agua, y también Día del Conejo, Día de la Tortuga, Día de Trenzarse, Día de Alcanzar la Luna, Día de Proyectar Sueños, Día del Colibrí, Día de Estar Depie, Día de Abrazar la Vida...


Muchxs sabéis que hace meses me quedé sin tienda virtual, y hasta ahora no encontré un espacio que se adapte a mi perfil para solo vender calendarios durante unos meses. Recuerda que es una edición limitada pero hago envíos a cualquier destino que me indiquéis, solo tenéis que escribirme directamente. Así que si quieres uno o varios ejemplares puedes avisarme por correo besosdearbol@gmail.com o por mensaje directo en Facebook, Twitter o Instagram para reservar los que quieras. Van acompañados de marcapáginas, postal y/o chapa.  Gracias!! 




Calendario en prueba de impresión posando junto a los árboles en sus muros originales del Pasillo de Oncología Pediátrica (la luz de hospital nunca es favorecedora, pero siempre es mejor ver árboles y otros elementos ante tanta frialdad).


  

Este es el 4º calendario que diseñamos para alegrar paredes, recordar otras fechas importantes y de paso conseguir mecenas que queréis y cuidáis este proyecto. Os dejo un enlace donde podéis ver obras arbóreas disponibles. GRACIAS.

Fotos: Marthazul 


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martes, 5 de noviembre de 2019

Beso de mangos sin mangos

Vivimos varias semanas es una casita con jardín. Recuerdo molestias de un perro abandonado y la visita de inevitables mosquitos con alguna cucaracha, pero para compensar nos acompañó el baile de la inolvidable mariposa monarca en el limonero, un tendal entre árboles y una hermosa luna llena de abril.  


En el jardín había murales y bastantes árboles de aguacates, limones, plátanos y multitud de flores, pero el elegido para besar fue este árbol de mangos (cuando aún no sabía distinguir bien entre variedad de árboles) que aún comenzaban a asomarse tímidamente, después de haberlos visto caer verdes en tierras nayaritas. Besé al árbol de mangos sin mangos una tarde de comienzos de abril de 2016 en una pequeña casita de Colonia El Fresno en Guadalajara-Jalisco. Y con estas fotos cierro la estancia tapatía de aquel viaje que prometió algo que no pudo ser.

Fotos: A.Metztli
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domingo, 3 de noviembre de 2019

Caminando por el parque Colomos

Era nuestro penúltimo día en Guadalajara después de casi un mes allí. Improvisamos este viaje con una parte femenina de la familia. Fue raro pero un poco mejor que la 1ª ida al mercado juntas en más compañía que amor. 

Me corté un poco al comienzo del recorrido, dejando pasar un gran ahuehuete que vi cerca de la entrada. Me limité a disfrutar de la tierra que pisaba y los diferentes animales que veía (ardillas, caballos, peces, patos...), pero después de atravesar este lindo y fotografiable jardín japonés jalisciense quise besar al árbol torcido, que por la conexión vertebral que me une a ejemplares así, son un poco mi debilidad.


   
Detalles del encantador jardín japonés.
 
Besé este par de árboles en el Bosque de Los Colomos (Guadalajara/Zapopan; Jalisco) el lunes 25 de abril de 2016.


No imaginaba lo grande que era el parque Colomos y elegí otro enfoque "de postal" para besar uno de los muchos pinos cerca del estanque de las infinitas tortugas. 




A mis pies se quedaron las raíces ahuecadas y misteriosas, mientras las hileras de tortugas disfrutaban de su aparente quietud y los chorros de agua.


Fotos: Augusto Metztli y Marthazul.


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viernes, 1 de noviembre de 2019

Arboledas y Nemaktia in/out

Estos árboles besados en Guadalajara hace más de 3 primaveras son de nuestros 1ºs días allí y de casi los últimos. Uno afuera y otro adentro. El parque al que Augusto llama Arboledas (o "parque de casa de mis abuelos") y la plaza (centro comercial) del mismo nombre. 


Si hacéis click en esta foto podéis ver una pinza de madera que Augusto quiso dejar en ese pequeño árbol, con una silla roja pintada en ella, tan típica de sus obras, que formó parte del proyecto a dúo que hicimos en ese viaje: Nemaktia.





Nunca me hubiese imaginado que hace poco más de un mes volvería a estar por allí y ver cómo las cosas siguen aparentemente iguales, mientras estos árboles crecen de a poquitos en un ambiente artificial y siempre podándolos. Me parece feo y bonito a la vez, como la vida 2.0 ;)


Fotos: Augusto Metztli y Marthazul.


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