Era el verano de 2017, el que decidimos fuese de los más musicales para nosotros. Después de ir al Portamérica por nuestra cuenta, hicimos lo mismo para ir a ver a Carlos Vives y, sobre todo, para quitarme una espinita de prohibición maternal que arrastraba desde principios de los 90's.
Escuchaba desde siempre al artista colombiano, hasta que supe de su super invitación a esa disque fiesta de la hispanidad que se inventaron en Madrid desde que "gobierna" I.D.A, y no pude soportar ver banderas nacionales de gente que se considera de un lado pero le aplaude al contrario.
Quizá fue un leve asomo de lo que viviría años después, que me llevaría a ser más radical que nunca, con artistas musicales a quienes apoyé demasiado.
Ahora me quedo con lo importante: la complicidad de entonces de Cartulino&Libreta y los besos de árbol que di esa tarde antes del show en el parque de Castrelos 27 de julio de 2017 en Vigo (Pontevedra).