Entre las mil cosas por hacer y los calores, ahora toca el turno de este otro beso lejano. Ya son tantos los besosdeárbol acumulados que se me fue la pinza en un dato, y descubrí, en mi intento por reordenarlos bien, antes de publicarlos por orden cronológico, que este beso fue del 2009. El motivo de mi confusión fue que lo vi a principios de enero en el facebook, después de aterrizar y de que Fer me avisara, y cuando volví a ver la foto me fijé que la fecha de la foto era de finales de diciembre.
Buscando información sobre este lugar de donde me mandaron este beso, me vuelvo a maravillar con la naturaleza. Es en el Parque Nacional Joshua Tree, una zona desértica californiana, a donde fueron en familia.
Mi prima Raquel me sorprendió con este beso a un árbol de Josué. Ella tan acorde con los tonos del paisaje, equipada con su calma, precisión, exactitud y delicadeza. Me trasladó a los recuerdos del verano que estuvo en mi casa, cuando yo era pequeña, y se convirtió en mi modelo a seguir, aunque al cabo de un tiempo ya se desviaron mis patrones, pero sí mantuve eso de hacer lo que una se propone y luchar por lo que quiere ser. El calor de estos días, además de agotarnos a todos, me recuerda a aquel verano con sus fríos inesperados. Prueba de que ha pasado el tiempo es que el verano pasado su hijo se anticipó y me regaló un beso juguetón desde tierras catalanas. Ahora fue su querida mamá, Raquel Prado E, quien besó a un árbol de Josué en el Joshua Tree National Park (California - Estados Unidos) en diciembre de 2009.
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