El último árbol besado de aquella peculiar ruta fue a un gingko afuera de la estación del tren, ya besado al poco tiempo de comenzar este proyecto sin conocer siquiera su nombre (entrada editada) y esa vez arropado por unos hermosos girasoles relucientes y rechinantes, como la música que comenzaba a escuchar ese verano.
Besé al gingko biloba soleado la tarde del 17 de julio de 2017 en un lateral de la calle Eduardo Pondal de Pontevedra.
Fotos: A.Metztli y Marthazul.
* Si quieres participar envía tus fotos besando/abrazando árboles a besosdearbol@gmail.com
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GRACIAS por ayudarme a seguir cuidando este bosque de árboles besados por el mundo.
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