Un domingo de auténtico verano nos fuimos de paseo en familia, y después de visitar varios pueblos a pie de las Rías Baixas acabamos la ruta en las siempre recurridas, fotografiadas y lentamente pintadas, cascadas de A Barosa, pero que Augusto aún no conocía. Mientras esperábamos a que nos sirvieran un café subimos hasta donde están los molinos de agua. De bajada me detuve y elegí una rama que atravesaba el camino para darle un beso.
Besé esta rama de uno de los muchísimos árboles que verdean este maravilloso paisaje de A Barosa (Barro - Pontevedra) el 8 de agosto de 2010.
Este es uno de esos lugares agradables al que hacía tiempo que no iba. Muy observado el año pasado, mientras pintaba el cuadro A Barosa pasando las 4 estaciones, y que ya apareció en este proyecto gracias a una de mis grandes colaboradoras: Al, y sus cascadas de besos.
Fotos: A M
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