Era septiembre de 2011, y programamos un mini viaje de desconexión musical, breve pero intenso, donde entre otras cosas, besé muchos árboles, aunque esta entrada sea solo una presentación. Oviedo nos recibió con bastantes nubes, y mucho verde.
Nada más llegar me impresionaron las vistas lejanas y cercanas. Este abedul no lo besé, porque me miraba demasiado, solo me limité a observar su mirada de perfil.
La primera noche vimos al grupo Santeros en la original plaza del Paraguas, un entrañable descubrimiento.
Y esta foto es del último paseo. Dos torres completamente diferentes compartiendo nubes y azules en el centro histórico de Oviedo.
Fotos: Mayam.
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